Comunicar, según la Real Academia Española es, en su primera acepción "Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene"; su etimología proviene del latín communicare, "intercambiar, compartir, poner en común", a su vez del latín antiguo comoinis y éste del indoeuropeoko-moin-i "común, público"; que deriva de ko- "juntamente" + moi-n"intercambio de servicios"
Para llevar a cabo la comunicación es necesaria la presencia de al menos dos, que creen una sociedad y el acuerdo de estar dispuesto a emitir y recibir al menos un mensaje.
Umberto Eco, relata en ¿En qué creen los que no creen?: "Nosotros -así como no logramos vivir sin comer ni dormir- no logramos entender quiénes somos sin la mirada y la respuesta del otro." "Sin este reconocimiento [del otro], el recién nacido abandonado en el bosque no se humaniza [...], y podría morir uno o enloquecer si viviera en una comunidad en la que sistemáticamente todos hubieran decidido no mirarse jamás y comportarse como si no existieran"
Tomando como base la reflexión de Umberto Eco, podemos afirmar que la necesidad de comunicarnos con los demás, es una parte esencial de la condición humana y que esta necesidad nos refleja nuestra posición en el Mundo, y la manera de entenderlo. Así, quien no desarrolla la comunicación con su entorno, abandona la posibilidad de ser feliz, quien crea y fomenta un entorno comunicador desarrolla una base de capacidades que le favorecen la interrelación y posibilitan la felicidad.
